Jordi Marticella, director de Integral Serveis 21, responde a las preguntas sobre el futuro de la economía de Andorra y las consecuencias que tendrá el coronavirus sobre la inversión extranjera.
La pandemia mundial ha permitido poner de manifiesto las ventajas de los pequeños países. En comparación, el confinamiento ha sido bastante más llevadero y menos traumático que el vivido en las grandes ciudades. La calidad del aire, la poca masificación, el poder sentir y vivir la naturaleza al lado de casa han dado mucha vida y energía a todos los que vivimos en Andorra.
El Principado es un destino incomparable que cuenta con un sistema sanitario de calidad, diversas opciones educativas modernas, un elevado índice de seguridad ciudadana y un sistema financiero cada vez más aceptado y reconocido. Estas características sitúan a Andorra como un destino ideal para desarrollar cualquier actividad que no requiera grandes infraestructuras y que sea respetuosa con el medio ambiente.
Además, la excelente red de telecomunicaciones del país permite potenciar el nuevo paradigma de trabajo a distancia en todas aquellas actividades en las cuales la presencia física es accesoria. Así, Andorra ofrece una extraordinaria calidad de vida y la posibilidad de desarrollar una carrera profesional enriquecedora personal y profesionalmente.
La respuesta de Andorra y sus habitantes ha sido excelente. Tanto el Gobierno como la ciudadanía han actuado con responsabilidad y decisión, conscientes de la gravedad del problema y con la certeza de que sólo trabajando juntos y coordinados se puede combatir el virus. Se ha puesto en práctica la máxima del escudo de Andorra: VIRTUS UNITA FORTIOR (unidos somos más fuertes)
La crisis del COVID-19 marcará un punto de inflexión en la historia del mundo. De forma querida o forzada hemos tenido tiempo para valorar y analizar nuestras rutinas y buscar formas diferentes de hacer las cosas. Así el teletrabajo, las video conferencias, la compra online, las plataformas de series o de música y los tutoriales de todo tipo se han incorporado a nuestras vidas para quedarse. Esta globalización digital tendrá un impacto directo en sectores como la educación, el ocio o la restauración, que deberán también potenciar su oferta para justificar la asistencia presencial.
Sin lugar a duda. Los gastos que están asumiendo todos los gobiernos para hacer frente a la pandemia sumados a los gastos sociales que deberán asumir durante el poscoronavirus conllevarán una subida de tipos impositivos generalizado, así como recortes de prestaciones para no disparar el déficit público. Andorra no será una excepción, pero siempre seguirá siendo más competitivo que sus países vecinos.
El impacto económico del virus exigirá ser muy vigilantes en cuanto a las nuevas formas de consumo, los motivos de desplazamiento y los lugares frecuentados para comercializar bienes y servicios de forma eficiente. Al mismo tiempo, se tienen que desarrollar formas de trabajar más efectivas para evitar gastos innecesarios o superfluos y así destinar más tiempo a las cosas importantes de la vida.